08 julio, 2009

Sin sacrificio no hay victoria




La muerte ha perturbado mis pensamientos, hoy más que nunca no dejo de pensar en ella ¿Se acerca acaso mi final? Estoy nervioso y tranquilo, porque sé que si parto nada estará peor, cuando uno muere todo mejora. Deberíamos morirnos todos, por lo menos una semana o caer en coma durante un tiempo. Con ese tiempo pasarían muchas cosas, el ambiente y la Tierra estarían en paz sin el ser humano, la naturaleza volvería a sonreír porque se habría desecho de la oveja negra que pisa sus dominios.
El hombre es una peste natural, una piltrafa humana, es el virus más letal a gran escala, somos una epidemia mortal que no parece tener un fin a corto plazo. Queremos ayudar a la Tierra ¿cómo? Se preguntan muchos, si quieres salvar a la Tierra de su destrucción, destrúyete tú mismo, sin sacrificio no hay victoria.

Solamente adiós




Yo no soy la magia que corre por tus venas, soy el veneno puro que alimenta tus penas, si me quieres bien, perfecto y si no ni modo, no estoy para mendigar cariño, soy un hombre y no recuerdo si alguna vez fui niño.

Tus palabras no me hieren, tus acciones no me dañan, no es por restarle importancia, es que aprendí a no llorarlas. Te lloré, no lo niego, pero ya me recuperé y mandé todo al infierno, tú controlas ¿Qué controlas? Fuiste el motor de mi vida pero eso terminó cuando decidiste salir por la puerta trasera de mi vida llevándote contigo todos mis sentimientos mas puros y calidos, mismos, que nunca nadie podrá entregarte jamás, porque lo que yo te di lo di completo, nada a medias, a ver si alguien te da la mínima parte del amor que yo te di.

Y espero que seas feliz con quien elijas estar, tu dolor no me alimenta, me enferma, porque a pesar de todo te querré siempre, por todos los buenos momentos que me hiciste pasar, pero no más, el amor se acabó, tanto el tuyo como el mió, se murió y no queda mas que decirnos, simplemente adiós.